La cita Viernes 16 de Abril en Casa Hilvana, lugar que en lo personal no tenia el gusto de conocer, es una vieja casona en la Roma donde asisten algunas personas sin identidad propia, lo mismo te encuentras sujetos queriendo ser maniquí de aparador de la Condesa o aquellos con vestimenta que son un insulto a la retina y no es que tenga algo en contra del modo de vestir de cada quien, pero estos chicos son un claro ejemplo de como el mainstream los modela. Después de ver que el traguito de moda es el mojito, y que una banda esta haciendo lo que puede con los instrumentos, termina ese show y empieza otro el de las chicas que le solicitan al DJ, algo de Mgmt cuando en ese momento esta sonando la canción que quieren, y uno piensa que clase de cultura musical tienen estas chicas, pero por fin llega el momento de que la banda de la noche tome el escenario.

Apolo banda de Chihuahua conformada por cuatro integrantes y con lo básico que se requiere para hacer buen rock, Ivan (zurdo) en la guitarra, Santiago (santi) en el bajo, Alvar voz e Ivan Almanza bateria, comienzan a tocar un rock psicodelico y con toques de garage sonando con fuerza y al momento de escuchar la voz, no, no estaba conectado el micrófono pero los chicos siguieron tocando salvando bien la situación el vocal corre a su mochila saca el eliminador lo conecta al plug del micrófono, y ahora si a escuchar una voz potente que nos recuerda aquellos vocalistas de los 60´s y 70´s que no se preocupaban mas que por solo cantar sin ninguna pose.

Esta banda se formo en Febrero de 2007 en el norte del país y nos demuestra que además de lamentables sucesos como ejecuciones, desapariciones, narcos, y situaciones angustiantes, hay jóvenes que se dedican a producir rock de muy buena manufactura, temas como: Dama del viento, La noche, Dimensión atroz, Catarsis, letras sin rebuscamiento alguno, claras, especificas y con una narrativa en alusión a la vida nocturna y todo lo que pasa en ese mundo de oscuridad, con un guiarrista "zurdo" quien toca con genialidad y con armonías que nos traen a la memoria esas épocas en que no era necesario tantos pedales y artilugios para hacer que la guitarra suena potente como es su caso, Santi bajista inquieto y bailador se mueve en el poco espacio que tiene
dándole un acompañamiento solido a la banda, Ivan en la batería no se cansa de tocar en ritmo constante y con una fuerza que uno al verlo dice, tan flaquito y tan rudo con sus baquetas, pero suena increíble, Alvar con voz clara y movimientos que hacen que las chicas griten, no para de bailar y entonar a voz en cuello las canciones.

Con ritmo basado en cuatro tiempos, como debe ser, y por momentos en psicodelia total la música de Apolo nos enseña que no todo es sonar a The Strokes o The Kings of Lyon, lastima que el lugar no se presto mucho para apreciar a cabalidad a la banda, el escenario les quedo literalmente chico, el sonido rebota demasiado y con una banda tan potente por momentos se vicia, salvo esta eventualidad Apolo es un digno representante del rock.