Desde que supe acerca de Los Negretes, ahí por principios del 2009, me intereso sobre manera su música, una mezcla de punk bizarro bien realizado con una mezcla de blues, garage y psicodelia. Recuerdo la entrada a su Myspace con un Jorge Negrete (con mohawk punketo incluído) dando la bienvenida, acompañado de ilustraciones de un mundo extraño, para algunos decadente, para otros excelso.

Imágenes en sepia o en blanco y negro, personajes de un pasado elegante y turbio, mezcla de un ayer extrañado con un presente que escapa de su realidad y se refugia en él, es un viaje que comienza por lo visual, pasa por los oídos y termina en nuestro cabeza, refugiado en un recuerdo melódico.

Después de la entrada visual uno se imaginaría a un grupo clavado en la melancolía del pasado, de un pasado que ya se ve oscuro y borroso a través de los recuerdos, y que, mediante pequeños destellos (musicales, claro esta) nos va recordando que existe una realidad multicolor a nuestro alrededor, que a veces se torna gris y sombría, pero que al final, deja un rayo de esperanza.

Este viaje, que realizamos a través de nuestros oídos, es guiado por una agrupación que demuestra que el trabajo bien hecho sobrevive sin disqueras, sin grandes apoyos mediáticos y sobre todo, sobrevive gracias a su calidad.

Los Negretes son una de esas agrupaciones que debes escuchar, han sido reseñados en medios nacionales e internacionales, estos incluyen la revista Nylon, el diario La Jornada y la revista Indie Rocks!, todos estos de nuestro país. Han llamado la atención también de medios como Paste Magazine (EU), La Diaria (Uruguay), Sad Bastard Music (Perú), El Amarillo (Colombia), Mister Pollo (España) entre otros medios escritos y electrónicos.



Foto cortesía de Nicole Klincworth.