Txt: Gus Galván
Fotos: Abril Tovar
Pocas veces uno se atreve a erogar un gasto por un espectaculo. Pocas veces uno tiene enfrente a uno de los showman más interesantes que hay en nuestro país. Pocas veces vemos un show de despedida tan intenso como el que dio Adanowsky en el Lunario, fue una despedida de la Ciudad de México donde, en sus palabras "hemos tocado mucho, vamos a dejarlos descansar antes de la muerte de Amador". Palabras que emergieron y que hicieron mella en el público que, de manera activa, acompañarían esta gran noche.
Adanowsky preparó una velada especial, intensa, que incluyó varias sorpresas: desde canciones que pocas veces tocan en vivo hasta la presencia de Los Rebel Cats para acompañarlo mientras tocaba el piano en "Great balls of fire" de Jerry Lee Lewis. La energía de su baile nunca paro, la fuerza de su música lograba integrar al público fue un show inolvidable que, incluso, incluyo una sesión de chistes contados por el interprete.
Sobres las canciones que encendieron la noche hay poco que decir,;"Niña roja" fue cantada a coro; "Estrella inmortal" acompañada por gritos que atizaban el baile; "No" encendía los coros de mil gargantas; "Estoy mal" era acompañado de una autoflajelación fingida y "Mamá" cantada acompañado solamente por una guitarra acústica fue un cerrojo impresionante para la noche.
Cuando menos nos dimos cuenta Adanowsky se despedía, daba gracias, entregaba el corazón al público y prometía volver pronto ahora para sacrificar a su personaje Amador y terminar la trilogía musical que le ha tomado años llevar a cabo. Gracias Adan son por estas noches por las que vale la pena pagar un boleto.
