Se presentó la obra La Casa de Betty, dirigida por el coreógrafo Duane Cochram en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”, ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de México.

La puesta se divide en ocho cuadros, los cuales expresan los sentimientos y emociones de los cuatro habitantes. La primera escena, muestra a los personajes en la búsqueda de recuerdos, de algo que los mantenga unidos a un pasado idealizado y añorado, además de que expone los problemas que los aquejan: vanidad, odio, miedo, angustia, a través de gritos y la narración de algunas experiencias anteriores.

En los siguientes dos cuadros, se adentra a la intimidad y las relaciones de pareja. El primero de ellos, exhibe a la pareja de dicho grupo golpeándose y forcejeando para mantener relaciones sexuales, dando a notar que pasan por una crisis severa. El segundo módulo trata sobre un homosexual que espera la llamada de su novio todo el día, cayendo en desesperación, pensando si realmente aquél hombre lo ama y desea buscarlo.

La cuarta y quinta escena, reflejan los deseos carnales y excesivos de cada personaje, en especial de una chica que es adicta a la cocaína y al alcohol, además de ser promiscua y desenfrenada. Los demás expresan su sentir a través de contar secretos como el desear a otra mujer, ocultar las preferencias sexuales verdaderas a la familia y la falta de comunicación con la pareja.

Al darse a conocer lo que esconden los cuatro jóvenes, se dan cuenta de que la realidad es otra y deben afrontarla lo mejor posible: la pareja se reinventa y encuentra de nuevo la felicidad extinguida, el chico homosexual se encuentra en duelo por el final de su relación y la chica que vivía en los excesos, deja de ser artificial y decide ser ella misma. Sin embargo, la búsqueda de un objeto deseado provoca que todos se confronten y luchen por alcanzarlo. Al final, sólo uno de ellos puede obtenerlo y de nuevo, regresan a los miedos, las frustraciones, los problemas cotidianos.

La presentación que tiene como fondo musical al Chapo de Sinaloa y Gustavo Santaolalla, es una forma de reafirmarle al público que” todos tenemos una máscara que nos enseña a ver las cosas, pero existen otras que nos negamos a ver”, según Cochram. Se presentará de nuevo el día 23 de julio en el Palacio de Bellas Artes.