Texto: Axel Barcenas "El rumor"
Fotos: Arisbeth MárquezAlika reafirma su alianza con el público capitalino. El pasado sábado 22 de octubre se presentó Alika y nueva alianza en el pasagüero de la ciudad de México. Siendo éste el segundo de seis conciertos que la oriunda de Uruguay presentará al público mexicano.
Una larga fila de personas, postrada frente al número 33 de la calle Motolinia, esperaba impaciente la entrada al lugar. Dicha impaciencia era alimentada, palmo a palmo, por la temperatura, que no dejaba de bajar, al tiempo que el reloj avanzaba. Pasadas las diez treinta de la noche, la luna miró atenta como cada una de las personas, que integraron aquella fila, desaparecían de su mirada, al internarse en cuatro paredes que impedían la entrada del claro lunar.
La luz artificial del lugar iluminaba el escenario, quien parecía envidiado por una multitud aglutinada alrededor de la valla metálica que lo protegía. En punto de las once de la noche, un conjunto de instrumentos musicales fueron los verdugos de la impaciencia, dando entrada a la hora del baile, a “La hora de la hora”. La polca, mezclada con el ska puso a bailar a “toda la gente invitada” que con las primeras cervezas de la noche, olvidarían su rabia bailando al compás de un “diablo disfrazado de arlequín”.
Después del alegre baile sin estética, llego el momento de ver en escenario a Sonidero mestizo, segundo telonero de Alika. Moyeney acompañada de Rocko le darían la reflexión necesaria a la felicidad que ya se encontraba en el lugar.
Temas como “Somos paz”, “Movimiento femenino”, entre otros, fueron de las más aclamadas, siendo la segunda sinónimo de alarido entre las mujeres presentes. En un cúmulo de emociones que se gestaba al interior del pasagüero, un elemento más se hizo presente para engrandecer la noche que ya le pertenecía al domingo. El vocalista de La maldita vecindad regaló al público presente uno de los más grandes temas en la historia de la rock mexicano: “Kumbala”, un tema que interpreto acompañado de su esposa y vocalista del Sonidero mestizo, Moyenei; para fusionarse con el público y al unísono cantar: “Sol no entiendes lo que pasa aquí, esto es la noche”.
“Música nueva con raíces antiguas”. Fueron estas palabras pronunciadas por Rocko la clausura a la participación de Sonidero meztiso, en el escenario del pasagüero, y le darían la bienvenida a Alika y nueva alianza, quien se había hecho presente horas atrás en las voces del respetable público que coreaba su nombre.
Veinte minutos habían rebasado la puntualidad de la una de la mañana, cuando el público estallo en júbilo al mirar frente a sus ojos a la que tanto tiempo habían esperado. Alika, con una tenue sonrisa y un silencio de fascinación, miró de lado a lado el lugar abarrotado por su presencia. Las fallas de audio, que no se habían presentado, le dieron la peculiaridad al concierto; pero ni las fallas eventuales impidieron que Alika regodeara a su gente con más de 15 temas en una velada con más de una hora de duración.
La cantautora no dudo en apelar a la conciencia cuando se empezaban a corear los primeros temas entre los que destacan “No le des fuerza a babilonia” y “Costumbre de matar” siendo estos apropiados por el público, que por su delirio parecía que la espera había hecho estragos en ellos. Después llegó el turno del sabor, el cual, la cantante hizo sentir en los voces sinceras de sus seguidores con el tema “siente el sabor de la sinceridad”.
“Todo tiene su tiempo”, “Contra todo lo negativo”, “Piden una explicación” fueron de los temas más coreados por la gente que lleno el pasagüero. Una marea de palmas abiertas, moviéndose de lado a lado, acompañado de gritos de afecto que enmarcaban la belleza de la uruguaya, era sinónimo de gratitud. Las palabras emanadas de aquella mujer fueron el insomnio del cansancio que el cuerpo presenta llegada la madrugada.
La noche se fue con el tiempo, pero las ovaciones se quedaron en las voces que cataban los últimos temas de Alika y nueva alianza. Llegado el cierre, la fémina le dijo cara a cara su gente “no te pongas triste” y cuando la tristeza se haga presente “fuego le vamos a dar”. Siguiendo el parámetro de los 20 minutos, Alika se despidió de su gente 20 minutos antes de las tres de la mañana y que mejor manera de despedirse que con un tema dedicado a todos los que dudan de su capacidad, un tema dedicado a sus “Enemigos”. Una noche de sentimientos encontrados donde el único afortunado fue el corazón cuya voz por una noche fue de mujer.