Después de visitar nuestro país con su más reciente álbum Wolfang Amadeus Phoenix, la agrupación francesa regresa por tercera vez a México para presentarse en un recinto más grande: El Palacio de los Deportes. En esta ocasión lograron una mayor expectativa que en su anterior visita meses antes. El encargo de calentar los motores en esta ocasión fue Adanowsky, que enfundado en su personaje de Amador logró poner al público de buen ánimo para el show de los franceses.

La chicos de Phoenix lograron un lleno en el coso de la calle de Añil, donde sus fans se congregarón para disfrutar de la música de los franceses. El concierto tuvo dos matices, primero aquellos que este mismo año asistieron a las presentaciones en el José Cuervo Salón. Estos sencillamente venían buscando algo nuevo o diferente que desafortunadamente no ofrecieron los franceses. Lo rescatable fue la contraparte, los nuevos fans de Phoenix se encontraron justo con lo que buscaban, buena música y un grupo que ha adquirido experiencia en los mejores festivales del orbe.

Uno de los mejores momentos fue cuando el vocalista de la agrupación se bajo a convivir con los fans mexicanos, agradeciendo de antemano la entrega de los asistentes. Como siempre México demuestra que tiene fans muy cálidos y entregados. A mitad del concierto se dieron el lujo de darnos un set acustico, el cual puso a los asistentes de pie. Phoenix se mostró bien durante todo el concierto, tal vez los unicos peros fueron la iluminación, bastante mala por cierto, y el audio que en ocasiones era bastante mediocre.

Phoenix se retiró del escenario con promesas de volver, demostró que si no es la mejor banda del mundo, si es una de las más populares en nuestro país ya que en un año visitó dos veces México. Nos quedamos con una buen sabor de boca, pero eso si esperando que su próxima visita sea mucho mejor.

Fotos cortesía de Fernando Aceves.