La Castañeda presentó La Llama Doble en el Metropolitan.
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Redacción
on 12/19/2010 09:47:00 p. m.
Txt: Rodrigo Neria.
Fotos: Cortesía de La Castañeda.
“¡Estos cabrones del staff no quieren que les invite un trago de tequila a los de aquí enfrente, estos que pagaron 400 pesos para ver a la Castañeda!” gritaba el frontman de la última banda de las cuatro a las que les tocó ser los teloneros de la Casta, hacía un intento para callar los gritos del desesperado público que ya estaba harto de esperar más de una hora para poder disfrutar de la música de la banda liderada por Salvador Moreno.
Y es que la cita era a las nueve de la noche y desde las ocho ya estaban llegando aquellos fans vestidos de negro, que ya no eran jóvenes, que son adultos que intentan, por lo menos una noche sentirse rebeldes con sus chamaras negras de cuero o de lo que parece ser cuero, pero con peinados de oficinistas a los que no se les permite más casquete corto engominado y peinado hacia los lados.
Algunos llegan corriendo esquivando a los revendedores que prometen buenos lugares a precios justos, y los vendedores deplayeras que se adueñan de las aceras de la calle Independencia, a la que inundan con su estridente grito de: “llévatela a 50 varos, porque estoy bien pinche loco”. Una peculiar pareja le reclama con furia al lánguido elemento de seguridad puesto por OCESA que ellos se ganaron sus boletos en la revista A Donde ir y que quieren entrar ya, el hombrecillo con chaleco fluorescente contesta nervioso que hasta que llegue el encargado de promociones él no puede hacer nada que se esperen, el hombre de la pareja le grita que si ese hijo de la chingada le va a pagar por su tiempo.
Al diez para las nueve siguen llegando y con el estruendo de las teloneras se lamentan no haber llegado antes, ingenuamente piensan que la Castañeda ya inicio su espectáculo.
El vocalista de Los amantes de lo ajeno, insiste con destapar la botella de tequila, en un intento desesperado de captar la atención de los enardecidos jueces que acribillaron son su gritos y chiflidos a las tres anteriores bandas que los intentaron conquistar, incluso la penúltima banda intentó atraer aplausos presentando a una “seductora cantante” a las que solo le llovieron algunos piropos y muchos granizasos cargados con un: ¡Fuera!, ¡Fuera!, ¡Fuera! .
El Respetable dejó de serlo cuando el cantante de “los amantes de lo ajeno” grito: ¡Orale hijos de la chingada, aplaudan, ya sólo tocamos dos rolitas más y los dejamos con la Castañeda!
Y es que la intimidad y el acercamiento que crea un recinto como el Metropólitan, lo convierten en un arma de doble filo, o te acercas más a tus seguidores para llenarte de éxtasis o deseas huir por la presión que los presentes ejercen sin piedad.
Las bandas que abrieron no lograron nada más que hacer del Metropólitan un verdadero Manicomio, honor al nombre de la banda de aquel lugar que albergo a más de 70 mil locos. Y para reforzar la identidad un extraño ser emergió del público pregonando que: “El primero de septiembre de 1910, bajo las órdenes del General y Presidente Porfirio Díaz, queda inaugurado el manicomio de la Castañeda.”
El antiguo cine quedo en la penumbra, el telón se abrió y Salvador Moreno, Oswaldo de León,Omar de León, José Luis Escamilla y Felipe Maldonado, comenzaron con su espectáculo que se plago de proyecciones de las “Vistas”, primeras imágenes en México captadas por el cinematógrafo de los hermanos Lumiere, y de luces y fuego en el escenario, la energía proyectada por la agrupación se concentraba en los asistentes que se regocijaban coreando las canciones como Toxico Mágico.
La noche se llenaría de sorpresas, personajes como el general Díaz llegaron a disfrutar de la música de la banda mexicana y un performance que reflejó de alguna forma el pasado ya de 21 años de la Castañeda y un pequeño homenaje a ese Manicomio que da nombre a la agrupación.
Mientras la música de rugía dentro, afuera, el frio de la ciudad no detenía a los revendedores que intentaban colocar, ya por unos pocos pesos el resto de boletos, la promesa que otorgaban, era que aunque el concierto ya llevara más de hora y media transcurrida, aún faltaba que sonaran canciones como: “Cenit”, La Cabeza”, “Lo demonio” “Secta de extraños”, “Sueños”, y el “El Loco”.
Éxitos que durante el transcurso de la noche llenarían las gargantas de todos los que asistieron a disfrutar de los recuerdos, a gozar nuevamente a La Castañeda.