Fotos: Fernando Aceves.
Txt: Gus Galván

Noche de consagración dirían los amantes de la tauromaquia. Noche donde una de las agrupaciones más prometedoras de nuestro país salió al escenario a demostrar que ya habían crecido, demostraron que estarían para cosas grandes.

Enjambre logró una carrera muy interesante en su lugar de origen (musical of course) California. Con nominaciones ha los premios Lo Nuestro, Enjambre daba muestras de lo que podía lograr. Su primer disco Consuelo en Domingo, apenas daba muestras de la fuerza y estilo que tomaría su sonido en un futuro.

Con su llegada a México, el ahora quinteto se dedicaría a promocionar su segunda placa El Segundo es Felino, el cual ya mostraba una dirección musical que hasta la fecha es su tarjeta de presentación. Enjambre se presentaba donde podía, en bares pequeños, en lotes del Estado de México, en festivales pequeños, en bares de renombre. Llego el Vive Latino 2009 y con el la posibilidad de mostrar su música a las grandes multitudes. Aquí empezó un efecto de bola de nieve que tenía su fuerza en la dedicación al trabajo.

Con un trabajo arduo lograron un segundo llamado al Vive Latino y sonar en la radio con el sencillo "Impacto", Enjambre empezaba a tomar fuerza y, aunque muchos dudaban, empezaban a dar señas de convertirse en una gran agrupación. Sin hacer gran ruido, sin grandes presentaciones y presupuestos, los oriundos de Zacatecas presentaron su tercer disco Daltónico. Creo que ni siquiera ellos se imaginaban el giro que darían con este material. Lograron convertirse en un fenómeno radial y dieron el paso hacia la grandeza mediatica.

Meses después de lanzar Daltónico, se preparó una presentación en el Lunario, una reunión de amigos, más que mantener una pared imaginaria con sus fans, los zacatecanos mostraon un agradecimiento sincero hacia el público, el único capaz de encumbrar y destruir un grupo musical. Enjambre creció y en esta presentación lo demostró. Dos llenos totales, chicas que lloraban por estar cerca de sus nuevos ídolos, canciones coreadas por todo el público, una comunión llena de honestidad y un concierto que se hizo corto, cortito, tanto que, sin darme cuenta había acabado.

El setlist fue especial, como la noche misma. Todo el disco Daltónico más una selección de éxitos tan bien hecha que logró levantar el ánimo de los asistentes, sonaron desde Ausencia de Cocina y El Beso del Payaso hasta Manía Cardiaca, Impacto y Espalda de Bronce. La participación de Adanowsky fue no solo sorprendente sino acertada, el show aconteció sin ningún aspaviento, fue perfecto. Fue si acaso el mejor concierto de lo que va del año.

Enjambre es hoy la banda con más futuro en cuanto a proyección se refiere y no sólo eso, también lograron entregar un disco que puede pasar a la historia como la piedra que impulsó a Enjambre a los grandes escenarios. Que puedo decir más que felicitarlos, aquellos que asistieron a cualquiera de las dos funciones saben mejor que nadie que tuvieron mil almas que se entregaron, que cantaron, que sudaron, que bailaron. Mil almas que se congregaron para formar juntos este sueño que es Enjambre. La humildad se nota cuando saben agradecer que ustedes se deben a sus fans. Y que la madrugada nos alcance mientras nos da una manía cardiaca.