Txt y Fotos: Gus Galván.

Noche de nostalgia y desgarre emocional. Dos agrupaciones que dedican su canto al amor sufrido, al amor oscuro, a la melancolía pasional. Salvador y los Eones son los dueños del bolero gótico. San Pascualito Rey, son los amantes del sufrimiento que significa estar enamorado. El resultado era una suma de talento que atacaría despiadadamente el corazón.

Salvador acompañado de sus Eones, subieron al escenario del Lunario con la firme intensión de inducir a su nuevo baterista. Con un sonido más oscuro que en su disco anterior, la agrupación puso de manifiesto que han trabajado mucho. Tocaron temas que de autoría propia, que demuestran que no sólo adaptan covers, también se les da la creación. Al momento de llevar cuatro canciones la tragedia cayo sobre ellos, una guitarra misteriosamente dejó de funcionar, trataron de repararla pero no había solución. Abruptamente tuvieron que terminar su actuación.

Algunos gritaron, otros aplaudieron, a mi parecer la decisión fue correcta, preferir dar un espectáculo de calidad que continuar con la carencia, tan importante, de una guitarra. Salvador solo alcanzó a despedirse y dar las buenas noches, con el ceño enojado salió del escenario y dejó al público esperando el que ya se ha vuelto un himno de la agrupación "La copa rota".

Continuaron los largos minutos, la gente esperaba con paciencia la entrada de los Pascuales. Se veían playeras con el título de Sufro, sufro, sufro. Nada puede describir mejor a San Pascualito Rey que la palabra sufrir. El tiempo continuo su camino y nos dejó ver, por fin, a Pascual Reyes que con la mano saludaba al público, la luz cayó y la fuerza de su voz nos atrapó.

"Sin precaución" fue el génesis de una noche llena de intensidad, "Beso de muerto" y "Todo se cae" la continuación de la comunión con su público. Gritos de aprobación, gritos que rememoran el sufrimiento que deja el amor, gritos que se hacen uno, porque todos hemos sufrido con el amor, porque todos hemos amado alguna vez.

"Carne abierta", "Hoy no es mi día" y "Porque" continuaron el desgarre emocional. La voz de Pascual Reyes impecable, aterciopelada nos envolvía en el ambiente trágico. Algunas muestras de lo que será su nueva placa Valiente, algunas como "Salgamos de aquí" fueron aplaudidas, cantadas y hechas parte del público. La noche seguí su curso y con un Lunario lleno continuaban las canciones de San Pascualito Rey. "Solares" seguida de "Caemos o volamos". La negritud se apoderaba del lugar y el fin acechaba. Con un aviso la última canción llego, "Caminito" fue el final de una noche llena de nostalgia, de dolor desgarro por lo que más deseamos, el amor, hay amor como dueles. Lo bueno es que fue solo por esta noche. Espero.