Txt y fotos: Martha Naranjo
She Wants Revenge es una banda que no necesita mayor
presentación. La sensual voz grave de Justin Warfield es bien conocida por la
icónica canción “Tear You Apart” y cuentan con numerosos seguidores. Es por eso
que me sorprendió la cantidad de gente que el pasado miércoles asistió al
Teatro Metropolitan. No sé si faltó promoción o si calló en una mala fecha con
los muchos conciertos que vienen, pero en el lugar había menos gente de la que
yo esperaba, incluso tuvieron que reubicar a los asistentes para que el lugar
no estuviera tan vacío.
A pesar de ello, la organización era digna de reconocerse.
Ventilader comenzó a tocar en punto y tocó las canciones justas, ni más ni
menos de las que un abridor debería. De tal
suerte que todo el tiempo los disfrutamos y en ningún momento deseamos
que se bajaran. Después de eso el grupo principal no tardó mucho en salir.
A pesar del problema con la cantidad de gente que ya había
mencionado, los asistentes arrancaron en gritos al momento que el dúo canadiense
y sus músicos salieron al escenario. Debo admitir que me da un poco de
vergüenza la aseveración que estoy por mencionar y de antemano me disculpo a
los hombres pues no va dirigido hacia ellos. Si alguno de ustedes cree que
Justin Warfield no es sensual es porque no lo ha visto en vivo. El hombre tiene
una actitud que cualquiera envidia, no sólo es su tremenda voz y la manera en
que se mueve sino que además tiene una decisión matadora. Es difícil ver a
algún otro punto del escenario con una persona así en él.
Calentaron motores con canciones del no tan bien recibido
álbum que, a pesar de ser tan entrañado por sus seguidores, paró a todo el
público y lo puso a bailar. Justin advirtió tocarían algunas de ellas y luego
tocaría cosas más viejas. Comenzó el esperado bloque con “Broken Promises For
Broken Hearts” y a partir de ahí el
público no pudo descansar el baile hasta el encore. Parte que arrancó una
sonrisa de mi cara, pues mientras todos los músicos se fueron a recargar pilas,
Adam Bavim se quedó musicalizando la espera con su teclado.
Después del interludio musical llegaron con todo, fueron
subiendo la intensidad de las canciones hasta que todos en el público
estuvieron bailando. Los músicos estaban impresionados, para ellos resultaba
muy fuerte llegar a un país que hablara un idioma distinto y aun así encontrar
gente que cantara sus letras de forma apasionada.
A dos canciones del acabar, Justin anunció el fin del
concierto y fue interrumpido por Adam quien propuso un pacto al público: si
cantábamos y bailábamos las dos canciones siguientes, habría más concierto,
Justin tomó mal este comentario y dijo que eran dos canciones y nada más, que
ya estaba escrito en sangre. Tocaron pues sus canciones más poderosas, “Out of
Control” y “Tear You Apart” y se fueron.
El teatro ya había prendido las luces y abierto las puertas
cuando el dúo salió al escenario de nuevo. Justin dijo que nunca hacían eso,
que odian el “fake encore bullshit” (mamadas de encore falso, por así decirlo).
Regresaron porque al encontrar un público tan apasionado sentían una deuda con
ellos. Tocaron un cover de los Psychodelic Furs y “Must be The One”, el primer
sencillo de su último álbum. El público salió gozoso y a los músicos se les
veía contentos. Ya a la salida nos encontramos a Adam tomándose fotos y dando
autógrafos. Me pareció lindo que aún bandas así de grandes tienen tiempo de
complacer pequeños caprichos de fans