Txt: Andrea Quintana
Foto: 1ra Fernando Aceves
2da Notimex
Ante una audiencia de adulto contemporáneo en su 90%, la banda inglesa de Tears For Fears regresó a México después de 18 años.
Típico de los ingleses, y como la puntualidad es de reyes, el concierto comenzó en punto de las 8:30 de la noche con “Everybody Wants To Rule The World”. A un tercio (un poco más) de su capacidad, la gente comenzaba a calentar motores con “Secret World” y “Sowing The Seeds Of Love”.
“Buenas noches gente guapa de la Ciudad de México. Estuve aquí hace 18 años y tengo el mismo pelo y la misma guitarra, pero no los mismos pantalones”, lo que nos dejó claro el bueno humor de Rolan Orizabal.
Algo que llama mucho la atención es que aunque no es una banda joven, las canciones suenan como si Tears For Fears se hubiera quedado en la década de los ochentas, pues tanto las voces como los instrumentos suenan a la perfección.
Con el público efervescente continuaron “Change”, “Everybody loves a happy ending”, “Call Me Mellow” y “Secret World”. Siguiendo con las anécdotas, Orizabal platico que aunque su abuelo era argentino, su padre era francés por lo cual no sabía mucho español.“Mad World”, “Memories Fade” y “Closest Thing To Heaven”, confirmaron las palabras de Curt Smith que los mexicanos somos un público fantástico, ya que para él sí era su primera vez en México.
El recorrido musical de esa noche también incluyó “Pele Shelter”, “Down The River”, “Badman’s Songs”, “Break It Down Again” y “Head Over Heels”. Y, para los que creen que los británicos no son graciosos, Orzabal con mucho sentido del humor comentó, “no sé si brincar así sea bueno para mi edad”; puesto que el músico parecía estar en éxtasis sobre el escenario en donde incluso estalló en carcajadas por una aparente equivocación.
El encore, a sorpresa de muchos que pensábamos que cerrarían nada más con “Shout”, llegó también “Woman In Chains”. El único detalle un tanto en contra a la agrupación británica sería que en “Shout” uno esperaría más potencia en la música, pero de todos modos era un clásico que no podía faltar.
La velada transcurrió con dos músicos que se ven cómodos y contentos, para los cuales el tiempo ya es algo inexorable, pero como dijeron en la conferencia de prensa, es hora de disfrutar con sus familias todo lo que han logrado.
