¡Venerar la muerte no es un culto, es un gusto!
Texto: Omar Osnaya
Fotos: OCESA
Noche psicótica y depresiva a su grado máximo fue la que se vivió este 16 de Diciembre; convirtiendo al Teatro Metropolitan en un pleno manicomio.
Bajo Leds purpura y esa voz única e inigualable de Salvador Moreno; la noche habría un umbral con mas de 800 frenéticos amantes de la obscuridad e incondicionales seguidores de esta banda leyenda del rock mexicano con 22 años de trayectoria y orgullosamente del DF; LA CASTAÑEDA.
Bajo un silencio total comenzaron las primeras electro descargas con temas como “Sueños”, “Gris Normal”, “La Carta”; que en lo particular me hacia derramar una lagrima de profundo sentimiento.
Después la obscuridad y la muerte se apoderaron del recinto cuando comenzó a sonar “Tumba Matriz” y “Ángel de las sombras” que nos recordaba que la muerte solo es una etapa más de la vida y con la cual se recordaba a Rita Guerrero. Le siguieron “Noches de tu piel” que pondría a cantar a todo el manicomio; “Nancy Llaga”, “Cintia mas allá” y “Lucrecia”.
Pero el momento de la noche llegaba cuando comenzó a escucharse “Cenit” tema con el que se cimbraban los corazones y se distorsionaban las susceptibles mentes. Después se hizo sentir “La Fiebre de Norma” genera por un “Toxico Mágico” de un desenfrenado “Loco” y “Gitano de la mente”.
El umbral estaba por cerrar una noche de culto y respeto a la muerte; y este momento llego cuando todos los presentes se unieron en una “Transfusión” de recuerdos inolvidables y sueños rotos.
Fue así como llego a su fin esa noche depresiva llena de tristeza y descomunal soledad.