TXT: Oscar Muñoz Tinoco
“The Libertines: No hay testigos inocentes”, es un documental filmado por el antiguo fotógrafo de la banda, Roger Sargent, donde indaga a través de su lente la trayectoria de una de las bandas más polémicas e influyentes en la orbe del rock londinense.
La película podrá ser vista por el público en la séptima edición de Ambulante Gira Documentales, desde el 10 al 23 de febrero en la Ciudad de México.
Roger Sargent nos demuestra a la perfección que nada nace espontáneamente, en especial un grupo como The Libertines, donde la época y los personajes estaban puestos sobre la mesa para convertirse en un suceso, que a la postre, sería un mensaje para cientos de bandas que anhelan un lugar en la historia de la música inglesa.
Detrás de los suburbios londinenses, tierra y cuna del rock y de su estructura de primer mundo, esconde un legado histórico que va más allá de la importancia política que recae sobre la gran isla británica.
En la ciudad, varios grupos de jóvenes veían con buenos ojos el arte de hacer rock, de soñar y cumplir sus metas, de juntarse con los amigos e imaginar que son grandes, hasta que el destino y su talento, los llevaron a cambiar la vida de muchos.
Cuando la influencia del britrock de los años 90 comenzó a tomar fuerza con exponentes como The Stoje Roses, Morrissey, Suede, Oasis y Blur, era el momento para que un grupo de chicos tomaran la estafeta y reflejarán a los suyos, con un estilo más pesado que sus antecesores, recordando la influencia del postpunk y del garage rock.
Roger Sargent en papel de cineasta y confidente de la banda, arma la película a base de testimonios de todos los integrantes Pete Doherty (voz, guitarra), Caral Barât (voz, guitarra), John Hassall (bajo) y Gary Powell (batería), tras su reunión a principios de 2010.
Luchas de egos, fotografías nunca antes vistas, momentos dolorosos afuera del escenario, anécdotas simpáticas y ensayos que quedarán para la posteridad, dan como resultado un trabajo cinematográfico que será adorado por seguidores y fanáticos.
The Libertines, No hay testigos inocentes, nos recuerda que hace un tiempo, el britrock era un referente especial para la clase obrera y trabajadora, pero que con el tiempo, se convirtió en el mercado principal de toda la música comercial.