Por Mónica Vázquez (texto y fotos)

Hay que ver a Ruido Rosa en el escenario para entender un poco mejor por qué le gustan tanto a la gente; nunca en México había existido una combinación tan acertada de actitud, rock y chicas bonitas. La agrupación de Alejandra Moreno, Daniela Sánchez y Carla Sariñana es, sin duda, una de las bandas que más han llamado la atención de la escena rockera del Distrito Federal en los últimos años.


La noche del viernes 24, entre fans y amigos de The Risin’ Sun, una de las bandas teloneras más increíbles que he visto (que además me atrevería a decir que me gustó aún más que Ruido Rosa) y fans de la banda principal, el Caradura estaba a reventar. El concierto comenzó casi a las doce de la noche con cuatro talentosísimos chicos rockeando con un estilo muy Cream complementado con saxofón.


Aproximadamente una hora después entre silbidos del público, hombres en su mayoría, se abrieron los telones del escenario para comenzar el concierto de Ruido Rosa. Con una actitud excepcional y moviendo enérgicamente sus largas cabelleras, las chicas atraparon al ya impresionado público por casi una hora. Sonaron las canciones de su último material discográfico, destacando entre ellas las ya muy conocidas Días de verano, Dentro y Miedo a caer, que fueron coreadas a todo volumen por casi todos los presentes.

Sin duda, Ruido Rosa se disfruta más en vivo y a todo volumen.