
Txt y fotos: Angélica Jackeline Ferrer Campos
La Escuela de Danza Contemporánea Sinfonietta, en conjunto con el Coro Ollin Yoliztli, llevó a cabo la Gala de Graduación de la generación 2008-2011 en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”.
El programa constó de cinco números, en los cuales participaron los estudiantes que se graduaron: Dayana Bucio, Daniel Ramírez, Karla Rodríguez, Daniela Miranda. El primero de los números, Y amanecerá, fue montando por el coreógrafo Arturo Garrido con música de Pink Floyd. En él, los movimientos eran de forma rápida y temerosa, por lo que no siempre iban coordinados. No obstante, en Planeando al Aire, los cuerpos de los bailarines fueron más atinados, mostrando gran destreza en el escenario.

La solemnidad se presentó en Silencio, puesto que comenzó sin sonido alguno y posteriormente, las frases “¿Y si necesito que me abraces? ¿Y si ya no estoy para abrazarte?” y “¿Y si te necesito? ¿Y si ya no estoy para que me necesites” (parte sustancial de la música compuesta por Mauricio Nava), pusieron a los espectadores a reflexionar a través de los cuerpos que denunciaban no tener voz; deseaban libertad. Las Alegorías a Luis, fueron dedicadas a Luis Fandiño, coreógrafo y bailarín profesional. La música empleada fue de Joan Sebastian Bach, Pyotr Ilyich Tchaikovsky y fue vocalizada por Bobby McFerrin. En este punto, los colores fríos contrastaban con los movimientos cálidos de las tres bailarinas que terminaron su vida escolar.

No obstante, la puesta que obtuvo la ovación general del público fue el fragmento de Carmina Burana mostrado por los bailarines de la Escuela de Danza Contemporánea y de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBA, con la coreografía de Francisco Illescas y Jorge Saldaña. En él, la sensualidad se mostró a flor de piel; hacia que las personas dejaran a un lado sus represiones y se dejaran llevar por los movimientos eróticos, que reflejaban las tentaciones mundanas; se contraponía con los cantos goliardos y la música del Coro y Sinfonietta Ollin Yoliztli.
La función que duró aproximadamente dos horas, dejó satisfecho al público presente, sin importar la edad, puesto que había desde niños hasta adultos mayores en el Teatro de la Ciudad.


