El escritor de la columna “De política y cosas peores”, Armando Fuentes Aguirre “Catón”, presentó bajó el sello de Editorial Diana, su nueva obra titulada Los mil mejores chistes que conozco (y otros cien más buenos aún), la cual está dividida en dos tomos: Amantes a Mujeres (y sexo, sexo, sexo) y Nudistas y ñácatelas a Viejitos (y sexo, sexo y más sexo).

Abogado de profesión, escritor y periodista de vocación, “Catón” ha dedicado su vida a dar voz a los problemas sociales, políticos y económicos del país por medio de textos llenos de picardía y buen humor, que además de divertir a los lectores, los invita a reflexionar acerca de la realidad que viven día con día. Esto se puede comprobar en las columnas que escribe para los periódicos Reforma y Zócalo al igual que en sus anteriores libros como De abuelitas y abuelitos y otros ángeles viejitos, Amor y Humor y La otra historia de México: Juárez y Maximiliano: La Roca y el Ensueño, por citar algunos.

En entrevista para Sindicato del Sonido, Armando Fuentes nos deleitó con una agradable y amena charla, donde dejó muy claro que para él, la risa es un bálsamo respecto a la situación actual del país.

Los lectores la pedían insistentemente. Habíamos ya publicado cosas con reflexiones y libro de historia de México, pero yo escribo esta columna diaria en los periódicos (refiriéndose a “De política y cosas peores”), de la cual, uno de sus ingredientes principales son los cuentos. Por esa razón, mis “cuatro lectores” me pedían que sacara puros cuentos, que no llevara más que humor. Pienso que esta petición deriva de los tiempos que estamos viviendo, calamitosos y preocupantes.

El humor no debe ser una evasión de la realidad, porque es imposible de evitarla; ahí está. El humor es para hacerle frente, para darle una respuesta y para remediar los malos sentimientos que en nosotros pueda crear dicha realidad. Al mismo tiempo, los cuentos llevan otro propósito: desacralizar algunas cosas que han sido objeto de tabúes como la sexualidad, la cual es un don natural que Dios y que, en vez de tratarse con dicha visión, el sexo ya sea por moral, religión o convencionalismo, ha sido llenado de telarañas; yo me valgo del humor para quitarle eso, así como la actitud enfermiza que en repetidas ocasiones se tiene respecto a este tema.

No corresponden a ninguna persona o personaje determinado, son más bien lo que en literatura se llaman “tipos”. Por ejemplo, Don Juan es el tipo de seductor, Don Quijote es idealista, Hamlet es el hombre que duda. Yo tengo tipos de la mujer madura célibe, de la vedette de moda, del hombre jactancioso, del hombre perezoso y cada uno lo bautizo con un nombre que lo caracteriza.

He sido testigo de algunas de ellas, porque varios de estos chistes se inspiran en sucedidos reales; me las han contado o las he visto en el momento que se llevaban a cabo, porque casi no hay aspecto de la vida que no pueda ser tamizado a través del humor y eso a los mexicanos se nos da muy bien, sabemos reír y más importante, sabemos reír de nosotros mismos, lo cual denota nuestra gran inteligencia.

En los chistes, además de hacernos reír siempre nos enseña algo nuevo, ¿esto lo hace con un propósito educativo o sólo como un dato más para el lector?

No, de ninguna manera. El humor no debe de incurrir ni en el moralismo ni en el didactismo, eso le es ajeno. El humor no es para, es por. Puede cumplir funciones como las de un medicamento, pero eso es por su propia naturaleza y no porque lo busque deliberadamente. Esas notas o citas clásicas que aparecen son para enriquecer el cuento y porque son parte del mismo, pero no buscan enseñar ni de dar algún mensaje.

Yo creo que a todos nos gusta reír. No habrá nadie a quién no le guste reír, a pesar de los distintos gustos que cada persona tenga. Esto se debe a que no hay ser humano que no quiera alegrarse, porque la alegría es un ingrediente muy importante de la risa y este libro tiende a regalar eso.